Cada vez que a la naturaleza o a los gobernantes se les va la pinza y a la peña no le llega el papeo, la gente se rebota, busca un culpable y lo corre a hostias, si puede………
Los dictadores, que tienen todas las papeletas para llevarse la del pulpo, suelen tener dos opciones; echarle la culpa a otro de fuera o bien ser ellos los que repartan las bofetadas.
Ya desde la época de los faraones, los opresores andaban a latigazo limpio con los esclavos insurrectos que se negaban a subir los ladrillos de 16 hasta el quinto piso de la pirámide, hay que tener en cuenta que los bloques de 16 de aquella época eran un poco más grandes y pesaban un huevo. Los esclavos aprendieron a usar las hondas y las piedras y se lo empezaron a poner difícil a los hijos de Ra, (monosílabo, Dios egipcio que empieza por “R”)
Los romanos usaban a sus legiones del senado y pueblo de Roma (SPQR) con sus lanzas hastae para disolver las manifas del esclavo Espartaco cuando era en blanco y negro o Spatacus que es el mismo pero en color.
A medida que la gente le cogía el truco al método de disolver manifas, los malos inventaban otro sistema.
Los de Fuenteovejuna,todos a una, en la obra de Lope de Vega corrieron a gorrazos y garrotazos al comendador y la cabeza del tirano terminó adornando una pica de uno de sus guardias. Varios siglos después de escribir Fuenteovejuna, seguro que algún Singermorning adalid de la Kultura con “K” no dudará en calificar a Lope de Vega como un facha de cuidado porque anunciaban su película en Intereconomía TV.
Pero los malos, que tienen todo el día para pensar maldades y pocos escrúpulos para ponerlas en práctica, comenzaron a usar como método contra-manifa los mosquetes de mecha, hasta que se descubrió que las macetas desde los tejados hacían poco fiable el método.
El uso de la caballería contra el populacho dio muy buenos resultados para los cabrones durante mucho tiempo pero los aperos de labranza resultaron terriblemente eficaces contra ella, que se lo pregunten si no a la caballería del Murat en las calles de Madrid donde las azadas y las horquillas de los campesinos se lo pusieron difícil a los mamelucos.
Los nazis en Varsovia usaron las ametralladoras MG-42 montadas en la caja de camiones, de repente abrían el portón trasero y empezaban la escabechina, con el camión se mantenían lejos de los manifestantes.
Después de la 2º guerra mundial, mientras las democracias sensatas disolvían las “manifas” con agua a presión sin magullar mucho a los manifestantes, el método conta-manifa fue perfeccionado por los soviéticos en La Primavera de Praga del 68 que usaron como antidisturbios las cadenas de 2000 tanques entre T-55 y T-62, a la vez que casualmente se hacía popular el grito de: “Yankie go home” en los campus de las universidades parisinas.
Este método de los tanques fue lo más eficaz para mantener hijo putas en el poder hasta que un chino se puso delante de todo un batallón de tanques del ejército popular de liberación que en 1989 hacía cualquier cosa menos liberar a nadie. Un colega del chino gravó en una cámara de video al solitario chino contra-revolucionario y capitalista en la plaza de Tian'anmen desafiando a un enorme T-59, y partir de ahí, los tanques dejaron de ser tan eficaces contra los manifestantes y la peña ahora les llenan el cañón con flores, lo que ablanda las entrañas de los colosos de acero.
En estas últimas semanas se demostró que los tanques en funciones antidisturbios ya eran totalmente inútiles contra los manifestantes y vimos como los tanques del ejército tunecino y egipcio terminaban con el cañón lleno de flores y con mas grafitis que la fachada de cualquier universidad pública española.
Así que el loco de Gadafi se inventó un método revolucionario para disolver a los manifestantes, él, que es de líder de su revolución, utilizó aviones de caza y helicópteros como antidisturbios, método totalmente original y a la altura del extravagante líder Libio.
Tanto el egipcio Mubarak como el tunecino Ben Alí, miembros ambos de ese selecto club de dudoso derecho de admisión que es la Internacional Socialista, fueron derrocados por una serie de revueltas coordinadas vía Facebook y Al Yasira.
En breve será derrocado Gadafi, el otrora icono de la progresía internacional por el único argumento de ser un ferviente detractor del los yankies y los judíos.
Ahora la ONU y la OTAN tienen una difícil papeleta para decidir si es apropiada una intervención que evite una masacre.
Una intervención militar podría suponer el perfecto motivo que busca el islamismo radical para hacerse con el control de las revueltas y de su resultado final, lo que posiblemente desencadenaría un nuevo y terrible conflicto armado contra Israel que defendería su supervivencia sin vacilación.
Además, todavía sobreviven nostálgicos trasnochados de la guerra fría que ven contubernios de imperialismo capitalista explotador en cualquier parte, aunque ni Túnez ni Egipto tengan petróleo y el petróleo de Libia no tenga un peso elevado en el porcentaje del mercado mundial de crudo, cualquier postura de occidente, ya sea intervenir militarmente o no intervenir, será criticada.
Fue unánime el apoyo de la progresía internacional y sus poderosos medios de comunicación e influencia hacia Gadafi cuando en 1986, la administración USA de Reagan intentó acabar con el dictador libio, el apoyo fue incondicional a pesar que el grotesco líder socialista libio había montado un parque temático para terroristas en su país, donde terroristas de todo tipo de delirios se entrenaban e incluso podían hacer prácticas de atentados en aviones y discotecas, (Lokerbille , Viena, Roma, Berlín), finalmente la presión mediática hizo que los yankies se tuvieran que conformar con un golpe de mano contra la jaima de Gadafi y poco más.
Dudo mucho que la progresía mediática consintiera la intervención contra Gadafi, que ahora muchos piden, después de 2003 cuando el líder de la revolución libia aseguraba haber desmantelado “Terrorista Park”.
Hoy en día dirigentes de todo el mundo han compartido jaima, mesa y mantel con Muammad, puede que incluso alguno haya compartido alguna de sus aguerridas huríes. Incluso hay círculos mediáticos en la izquierda irracional que buscando la cuadratura del círculo que todavía defienden al excéntrico mandatario culpando de todo, como no, a una intriga de la CIA, del Mossad y de Aznar.
Hay que ver la facilidad con la que las revoluciones terminan en crueles dictaduras.
