NIÑOS COLATERALES Y HOSPITALES ESCUDO MEDIÁTICO

La guerra solo le puede gustar a un loco o a un inconsciente, pero por desgracia el sonido que más ha reverberado a lo largo de la historia es el de los tambores de guerra, de hecho la guerra es la que ha escrito la Historia y una de las principales causas del desarrollo tecnológico; desde la noche de los tiempos, el primer homo sapiens que utilizó un palo como herramienta  no lo usó para alcanzar las manzanas del árbol a las que no llegaba, probablemente lo usó para darle en la cabeza a un neandertal que trepaba mejor por las ramas y robarle las manzanas, y es que las manzanas las carga el diablo, que se lo pregunten si no a Adán y a Eva.

En todas las guerras mueren personas y las armas no matan más flojito en unas guerras que en otras aunque muchas veces no queda más remedio como último recurso ir a la guerra.

En nuestros días, además de las guerras locales y regionales entre países y facciones distintas, que las hay y muchas, existen las guerras de la comunidad internacional.

La Declaración Universal de los Derechos Humanos obliga a la Comunidad Internacional a intervenir cuando se produzcan graves violaciones a los derechos humanos o cuando exista peligro para el resto de la humanidad, y aunque la manera de decidir donde se actúa y donde no  podría ser mejorada bastante, es la que hay según el derecho internacional vigente, sin embargo, siempre se criticaran las difíciles resoluciones del Consejo de seguridad, tanto si se decide intervenir como si no.

 Es normalmente la capacidad militar operativa de occidente liderada por los EEUU, el brazo ejecutor de las decisiones del Consejo de Seguridad de la ONU que es el único organismo dentro de la ONU con potestad legal de injerencia en los países, aunque por desgracia, es de dominio público que los misiles de alta tecnología occidentales tienen la fea costumbre de matar civiles principalmente niños, e impactar contra hospitales.


Los pilotos de los cazas prefieren disparar sobre niños que sobre un grupo de barbudos con AK-47 Avtomat Kalashnikova de7,62 milímetros manipulando una lanzadera antiaérea (SAM), unos misiles AT4 Spigot o unos cohetes katiuska . Por lo visto, los misiles (ARM) antirradar de dirección de tiro con los que se protegen los cazas occidentales sienten gran debilidad por los hospitales y escuelas.

 No dudo que en algún caso se haya producido un error de tiro, pero que estas armas tan sofisticadas, probadas una y mil veces, siempre impacten en un hospital o una escuela me hace sospechar, no me imagino a los pilotos occidentales apuntando deliberadamente a un hospital, es muy probable que niños y civiles sean utilizados como escudos mediáticos y que los antiaéreos sean instalados en las azoteas de los hospitales y las escuelas en una falta de escrúpulos contraria a todo principio de humanidad que por sí mismo justifica ya el uso de la fuerza contra estos fanáticos peligrosos.
 

 

AQUÍ NO CABE UN TONTO MÁS ,PERO NI UN GRANUJA MÁS TAMPOCO

Una de las frases más famosas del argot periodístico español es aquella famosa sentencia que dice: “Aquí no cabe un tonto más”
pero la frase ha evolucionado junto con los tiempos para quedar así: “Aquí no cabe un tonto más, pero un granuja más tampoco”.


Yo no me atrevería a asegurar quien tuvo más importancia en este país, si Don Miguel de Cervantes y somos un país de Quijotes, o el tal “Don Anónimo” que entre otros muchos libros escribió El Lazarillo de Tormes y somos un país de picaros, picaras y granujas.El 20% de nuestro P.I.B. está en la economía sumergida.

No tengo nada contra los picaros y menos contra las pícaras.


Para ser un pícaro requiere rapidez de reflejos para aprovechar la oportunidad cuando se presenta en forma de incauto, también se requiere una mente despierta porque la mayoría de sus triquiñuelas se basan en conocer los instintos más bajos de las personas, principalmente la codicia, para obtener beneficio propio.

Para ser una pícara solo hay que estar buenorra y tener la suficiente memoria fotográfica y recordar ese tatuaje o lunar en las partes intimas de un famoso para cuando se lo pregunten en un polígrafo amañado del programa televisivo Sálvame de luxe.

Al menos, los pícaros suelen tener un código ético a modo de juramento deontológico consecuencia de la camaradería entre los menos favorecidos, se mueven por necesidad y simplemente se buscan la vida como pueden, siempre se declaran inocentes como los presos que en la cárcel se preguntan unos a otros: ¿tú de qué eres inocente?, no hacen ostentaciones y jamás se mofan de sus víctimas que son las que les dan de comer.


El granuja es otra cosa y estos si me caen mal, el granuja no tiene escrúpulos de ninguna clase, se mueve más por avaricia que por necesidad, sutilmente se vanagloria de ser un culpable que no ha sido pillado, le encanta hacer ostentación de riqueza y se regodea de sus víctimas.

Los especímenes de granuja más dañinos que campan por nuestra biosfera azul clarito son los políticos profesionales de cualquier tamaño, marca o pelaje sin otro mérito que medrar en el aparato del respectivo partido desde la más tierna infancia.

Este espécimen de granuja habita en el matorral ibérico de las urbanizaciones de lujo, se cría en cautividad de modo endogámico, se papea a sus congéneres debilitados y en manada atacan al fiel contribuyente de infantería con prohibiciones, multas y con choteo añadido como los pinganillos del senado, o las recientes medidas calderilla de ahorro de combustible, mientras estos granujas se mueven a comprar el pan en potentes Audis A-8 de 4000 c.c. y más de 10 millones de pesetas ,(que sigue siendo la moneda para contar sumas de dinero escandalosas), todo un ejemplo de bajo consumo , algunos incluso, se mueven hasta en aviones Falcón o helicópteros de la Fuerza Aérea que gastan como un mechero, vamos.

¡Qué les gusta la pompa y boato!

Lo único que se me ocurre para acabar con estos voraces depredadores que esquilman el bolsillo del currito de a pie, es acabar con su mecanismo de perpetuación endogámica que no es otro que el sistema electoral y las listas electorales cerradas, las culpables sin dudas, de que a los puestos importantes de toma decisiones cruciales para la comunidad, no lleguen los más capaces y mejor preparados elegidos por su prestigio social y méritos, sino que solo lleguen los más pelotas y obedientes dentro del aparato del respectivo partido.

A todos estos granujas ya los retrató nuestro prolífico escritor “Don Anónimo” en el Lazarillo de Tormes cuando en el episodio de las uvas dice el ciego:

"-¿Sabes Lázaro, en qué veo que comiste las uvas tres a tres?


-En que comía yo dos a dos y callabas."

De 120 a 110 por poner todos los huevos en la misma cesta

Mucho me gustaría pensar, que la medida que el propio ejecutivo califica de provisional, de reducir la velocidad en las autopistas, fuese solo una de las cortinas de humo a las que últimamente nos tienen acostumbrados.


También me gustaría pensar que es una medida con carácter meramente recaudatorio para machacarnos a multas pero entre lo que vale llenar de pegatinas las señales más lo que el estado deje de ingresar vía impuestos por la venta de combustible, no creo que las multas den para amortizarlo.

El carácter provisional, que queda patente en que las señales serán modificadas con “pegatas”, hace pensar que ni siquiera los responsables están seguros de la eficacia de la medida.

Existen otros muchos mecanismos para ahorrar en la factura del petróleo y desde luego lo que queda claro que los malvados occidentales tenemos que pagar nuestra factura de petróleo como unos campeones aunque muchos piensen que el petróleo se lo robamos a base de bombas a los pobres niñitos de Venezuela, México, Nigeria y los países musulmanes, además estoy seguro que muchos países exportadores preferían comprar comida que tienen poca, que quedarse con el petróleo que no se puede comer.

En el caso del combustible de automoción, y aunque soy mecánico naval y no de coches, puedo asegurar que un coche consume menos con la presión de aire correcta en los neumáticos, el filtro de aire limpio, y numerosas consideraciones técnicas más, pero por supuesto, evitando exprimidas en 2º y 3º marcha a 4000/5000 rpm picando espuelas de boca-calle a boca-calle para impresionar a las pivitas o vacilar de coche con los colegas.

Pero, y esto es lo importante, lo que no me gustaría descubrir es que esta medida de reducir la velocidad para ahorrar combustible, es una medida de emergencia resultado de una nefasta previsión al confiar casi el 30% de nuestro suministro de petróleo a un solo proveedor, en este caso Libia, y al fallarnos ese suministro se pudiera ocasionar incluso una reducción de las reservas de seguridad de combustible y hemos tenido que ir a buscar como locos barriles sueltos por esos mundos de Dios y de Mahoma.


Un error de esa magnitud debería ser convenientemente explicado y depurado.

Ya lo dice la sabiduría popular: “No pongas todos los huevos en la misma cesta”